La superficie boscosa de la región no ha parado de disminuir en las últimas décadas. Paraguay y Nicaragua son los países que, en términos relativos, están a la cabeza de esta lista
El calentamiento global no se detiene, el programa europeo de observación terrestre Copernicus, informó que el año 2020 fue el más caluroso desde que se tienen registros. La temperatura promedio habría sido 1,25 grados más elevada que la temperatura promedio del periodo preindustrial, lo que implica un serio riesgo para los ecosistemas del planeta.
En este escenario, la sistemática disminución de la superficie boscosa a lo largo y ancho del planeta, como consecuencia de la actividad humana, se ha convertido en una de los principales motivos que acentúan este proceso de deterioro ambiental.
Disminución de los bosques la región
Como ya es costumbre, la CEPAL actualiza cada cinco años un conjunto de datos sobre superficies boscosas en América Latina y el Caribe. Esta información es útil porque permite hacer un seguimiento a la disminución de estas áreas y así comprender mejor su impacto sobre el medio ambiente.
Según este organismo: “en los últimos 30 años, América Latina y el Caribe ha visto disminuir su superficie boscosa y en particular ha perdido bosques naturales, tanto en términos absolutos como en relación con la superficie terrestre. Entre 1990 y 2020, la proporción de cobertura boscosa regional disminuyó sistemáticamente desde un 53% a un 46% del territorio (de 1.070 millones a 932 millones de hectáreas)”.
“La pérdida total de superficie cubierta por bosques en toda la región en este período alcanzó la magnitud de 138 millones de hectáreas, equivalente a poco más de la superficie de Perú. La tendencia en la disminución de bosque regional se explica principalmente por la caída experimentada en los grandes países boscosos. Brasil alberga el 53,3% de los bosques de toda la región, y en los últimos 30 años ha perdido 92,3 millones de hectáreas de bosque”.
La situación de Bolivia
Este anuario presentado por la CEPAL aporta información desagregada por países, lo que permite dimensionar la situación de Bolivia en relación a la dinámica de desbosques. Temática que ha adquirido particular relevancia debido a la agresiva expansión de la frontera agrícola que afecta los bosques del país.
Si para 1990 el 53,4% del territorio boliviano estaba cubierto por bosques, para el año 2010 la misma cayó hasta el 49%, mientras que para 2020 llegó hasta el 46,9%. Es decir, la superficie cubierta por bosques en el país ha venido disminuyendo de manera sistemática.
Esta disminución de los bosques, junto al hecho de que Bolivia está entre los países que tienen una de las tasa de deforestación per cápita más elevada del mundo, deberían convertir la problemática en tema central de la agenda pública.