El Congreso de Perú, dominado por la oposición derechista, decidirá este martes si acepta a debate una moción de destitución contra el presidente izquierdista, Pedro Castillo, similar a las que condujeron a las caídas de los exmandatarios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020.
La moción de destitución por «incapacidad moral» cuenta con al menos 57 votos en el Congreso, cinco más de los necesarios para debatirla, según medios limeños. Sin embargo, la oposición no conseguiría en una siguiente sesión plenaria los 87 votos necesarios para remover a Castillo, quien lleva poco más de 120 días en el poder.
«La desaprobación del presidente y del Congreso son altas, ninguno tiene legitimidad, así que parece una pelea entre dos rivales descalificados», declaró a la AFP el analista político Hugo Otero.
El nivel de desaprobación del mandatario bordea el 57% y la del Congreso, el 75%, según encuestas.
«La mayoría del Perú siente lejana esta disputa por el poder, no hay participación popular, nadie se está movilizando [en las calles]», añadió Otero.
La posible destitución de Castillo ronda en el aire desde su elección en junio, cuando los partidos rivales denunciaron «fraude» a pesar del aval dado al proceso electoral por observadores de la OEA y la Unión Europea.
El presidente convocó en los últimos días a dialogar a los jefes opositores en busca de salvarse de lo que calificó como una moción «sin ningún sustento y con absoluta irresponsabilidad». Sin embargo, la derechista Keiko Fujimori y otros prominentes líderes se negaron a hablar con él.
Castillo es un maestro rural de 52 años que ganó el reñido balotaje de junio a Fujimori. Desde que asumió, el 28 de julio, ha estado acosado por la oposición, por desaciertos propios y por pugnas en el oficialismo, lo que ha provocado la salida de una docena de ministros.
Además, fue salpicado por un escándalo de supuesta injerencia del gobierno en los ascensos militares por el que el mandatario fue citado a declarar el 14 de diciembre ante la fiscal de la nación, Zoraida Ávalos.
La incertidumbre política ha levantado nubarrones sobre la economía peruana, que venía superando el azote de la pandemia: el dólar está en alza y la inversión privada en caída, lo que lastra la recuperación.
«Rendir cuentas»
La moción fue presentada el 26 de noviembre por los partidos derechistas Avanza País, Fuerza Popular (fujimorista) y Renovación Popular. Los tres representan un tercio del Congreso y el oficialismo tiene una cifra similar.
Como la oposición no cuenta con los 87 votos para destituirlo, parece que lo que buscan es obligar a Castillo a ir al Congreso a dar explicaciones y que olvide sus promesas electorales, entre ellas una asamblea constituyente.
«Confiamos en que tenemos los 52 votos para que el presidente acuda al Congreso [en una próxima sesión] a rendir cuentas a la ciudadanía», dijo la congresista Adriana Tudela, de Avanza País, al Canal N.
«Esa moción de vacancia es incompleta, pero es un punto útil porque permite la puerta de entrada a un debate abierto al tema de si nos van llevando al comunismo o no», declaró el excandidato presidencial de Avanza País, Hernando de Soto, a la radio RPP.
El partido marxista que llevó a Castillo al poder, Perú Libre, adelantó que sus 37 parlamentarios rechazarán la moción, aunque han tenido desacuerdos con el presidente.
«Tener discrepancias serias […] no justifica ser partícipe de un golpe de Estado a la democracia», dijo en un comunicado.
Si Castillo fuera destituido, debería asumir la vicepresidenta Dina Boluarte, quien posiblemente enfrentaría un destino similar. En este caso, el sillón presidencial lo ocuparía la jefa del Congreso, la derechista María del Carmen Alva, quien debería convocar a elecciones en seis meses.
«Posiciones sensatas»
Tras reunirse este fin de semana con Castillo, el expresidente centrista Francisco Sagasti exhortó a mantener «posiciones sensatas en el Congreso, [que] no exacerben la incertidumbre y la inestabilidad».
La presunta «incapacidad moral» también fue invocada por el Congreso para deshacerse de Kuczynski (derecha) y Vizcarra (centro). Ambos superaron una primera moción de destitución, pero no sobrevivieron a la segunda.
En noviembre de 2020, la destitución de Vizcarra desató protestas, reprimidas con saldo de dos muertos y un centenar de heridos. Su salida condujo a Perú a tener tres presidentes en cinco días.