Ocho jóvenes de nacionalidad boliviana perdieron la vida en el accidente ocurrido en el camino de la Fruta, en la comuna de Peumo (Chile), hace 11 días. Dos compatriotas sobrevivieron y se encuentran hospitalizados.
Adriana Condori quedó viuda, con nueve hijos, hace muchos años. Lucas, Wilber y Julián Corchado Condori, sus tres hijos mayores, migraron a Chile prometiéndole hacer dinero y volver a Yacuiba para construirle una casa, pero un accidente acabó con sus sueños, al igual que de otros cinco jóvenes bolivianos, en la ruta H-66, conocida como el camino de la Fruta, en la comuna de Peumo, la tarde del 29 de diciembre del 2021.
La mujer, junto a sus hijos (el menor de 11 años), cuida una casa en la comunidad de Villa El Carmen del municipio de Yacuiba, en Tarija. Por eso, su hijo mayor se fue hace un año a Chile, donde trabajaba de temporero, y juntó sus ahorros hasta comprar un lote, donde tenía pensado construir una casa propia para su madre. Motivó a sus hermanos menores a que fueran tras él para que pudiesen cumplir ese sueño en menos tiempo y, de esa manera, estaban en Chile realizando trabajos de cosecha en fundos.
Adriana no encuentra consuelo. Dijo que sus hijos migraron buscando oportunidades con el propósito de construir una casa para que ella deje de preocuparse ante la posibilidad de que los dueños de la casa que cuida le pidan en cualquier momento que abandone la propiedad. Lucas, Wilber y Julián velaban por su bienestar y el de sus seis hermanos, cinco mujeres y un hombre (el menor).
“Mis tres hijos mayores fueron a trabajar a Chile y, en eso, sucedió este accidente. No tenemos casa, vivo cuidando la vivienda de mi primo y por eso mis hijos viajaron para juntar platita y construirme una casita. No voy a vivir toda mi vida en la casa de mi primo seguramente algún día me dirá que desaloje y dónde voy a parar. Aparecí sin mis hijos mayores, quienes eran los que me ayudaban. No sé qué voy a hacer porque ahorita no tengo ni para enterrar a mis hijos”, dijo Adriana, una mujer quechua hablante, quien ha tenido dificultades para conocer los requisitos que permitan la repatriación.
Ante esa situación, Teófilo Martínez, tío de los hermanos Corchado Condori, salió de su comunidad Nuevo Amanecer para apoyar a Adriana. Él supo de la muerte de sus sobrinos cuando uno de sus hijos vio la información en las redes sociales. De inmediato, buscó a la madre de las víctimas para ofrecerle su ayuda y pide las autoridades y a la población que se solidarice con Adriana para que ella pueda darles a sus hijos cristiana sepultura y salga adelante. Si desea ayudarla puede comunicarse con el teléfono 74557151.
Un camión de carga y un furgón amarillo, en el que viajaban 11 personas (un chileno y 10 bolivianos) que trabajaban como temporeros, chocaron en la comuna de Peumo perteneciente a la Región O’Higgins. El hecho de tránsito dejó nueve fallecidos, el conductor chileno y ocho jóvenes de nacionalidad boliviana.
Laura Herrera Jiménez, Dayber Arancibia Albis, Paúl Leaños Quintanilla, Génesis Garnica, Lucas Corchado Condori, Wilber Corchado Condori, Julián Corchado Condori y Silver Noel Flores Lomar son los compatriotas que perdieron la vida en el accidente ocurrido en la carretera de la Fruta, en Chile. Tres de las víctimas son de Santa Cruz, tres de Tarija, una de Chuquisaca y una de La Paz. Karina Cuéllar Hurtado y Jhoel Garnica, bolivianos, son los únicos sobrevivientes de la tragedia y se encuentran internados en el Hospital de Rancagua.
FURGÓN FALLÓ ANTES DE LA TRAGEDIA
“Ese furgón presentaba fallas desde mucho antes del accidente. Cada vez le pasaba algo con el freno u otras cosas. Le decían (al conductor) que lo arregle, pero no lo hacía. Yo le decía (a mi familiar) que se venga, pero no le pagaban y estaba esperando eso”, relató una joven, pariente de uno de los fallecidos, ante medios chilenos.
La esposa de Silver Noel Flores, otra de las víctimas mortales, coincidió con esa versión. Contó, en una entrevista con Red Uno, que su pareja le comentaba que el furgón que los trasladaba tenía fallas constantemente, pero el chofer, de nacionalidad chilena, no lo ponía en condiciones.
De acuerdo con las investigaciones, Raúl Acuña, contratista y conductor del furgón, no cumplía con las condiciones mínimas para trasladar a los trabajadores. Según la Fiscalía, el chileno no tenía licencia de conducir y su vehículo tenía una antigüedad de 23 años siendo que lo permitido son 18 en ese país. El trágico accidente de tránsito está siendo investigado para establecer las causas y las responsabilidades.
La tragedia develó la inseguridad vial y las precarias condiciones en las que muchas personas trabajan en los fundos (terrenos agrícolas de superficie menor que la de una hacienda y mayor que la de una chacra).