El parque automotor en el país no para de crecer, se estima que en Bolivia existen más de dos millones de vehículos que generan una importante cantidad de llantas en desuso. Estos datos nos lleva a preguntarnos ¿dónde van a parar las llantas que son desechadas?.
La mayoría de las llantas terminan en los basurales, contaminando ríos y lagos, o lo que es peor, en alguna manifestación donde son incineradas provocando un mayor daño ambiental. Esto se puede evitar porque las llantas usadas no están catalogadas como residuos peligrosos, pero debido a su volumen y la dificultad que representa su degradación en el tiempo, están clasificadas como residuos especiales y requieren un manejo diferenciado al de los demás desechos.
Esta problemática motivó a un grupo de jóvenes empresarios cochabambinos a buscar una solución sostenible al problema de las llantas en desuso y basados en la economía circular surgió MAMUT, una empresa que convierte los neumáticos desechados en pisos de caucho.
Este emprendimiento, al margen de preservar el medio ambiente, cumple también una función social porque genera una cadena de proveedores que también se benefician con la venta de insumos a esta empresa y que permite distribuir la economía a más personas.