Se trata de un niño cuzqueño. El nacimiento ocupa al menos la mitad de una sala y demoraron un mes en armarlo.
Un niñito que tiene al menos dos siglos de existencia es el elemento central del pesebre navideño más grande de Cochabamba.
La familia Santiváñez Jiménez armó este nacimiento que, además de su gran tamaño, destaca por ser una réplica casi perfecta de Belén, una ciudad con alto significado religioso para los cristianos porque ahí nació Jesús de Nazaret.
La mini ciudadela tiene desde una representación de los aldeanos de Belén, hasta la huida a Egipto. Hay más de un centenar de piezas que componen estas escenas.
Sasha Santiváñez, una de las autoras de esta obra de arte navideña, contó a OPINIÓN que tomó al menos 30 días armar el pesebre, con ayuda de toda su familia.
Empezaron a desempolvar las piezas a fines de octubre o, máximo, a principios de noviembre.
En la actualidad, la maqueta ocupa la mitad de la sala de un departamento que está por inmediaciones de la avenida Circunvalación de Cercado.
Esta tradición familiar data de hace más de dos siglos. “Cada año aumentamos algún elemento nuevo”.
Hay, incluso, algunas piezas que proceden del exterior del país, como Italia. Parientes de la familia Santiváñez Jiménez que están en ese país las envían para alentar la pasión por la Navidad.
Otros conocidos también alimentan la colección de esta familia cochabambina regalándoles niñitos.
SITUACIÓN
Este pesebre familiar está armado, casi siempre, hasta principios de febrero, debido a que la demanda de familiares y amigos por verlo es alta.
Sasha dijo que, por ahora, su nacimiento no está abierto a la población en general.