“Veo las fotos y me causa risa. Ese día estábamos jugando con ocho personas a la penitencia, a la botella, y una de las penitencias que teníamos es que se lo agarra, se lo chapa y se le da un besito en la boca», dijo María Esther Góngora.
María Esther Góngora, asambleísta departamental de La Paz por Somos Pueblo, salió este martes a explicar el origen de un par de fotografías que circula desde anoche por redes sociales.
En las imágenes, ella y el político Rafael Tata Quispe aparecen dándose un beso. Entrevistada por el periodista John Arandia, ella dice que no tiene una relación sentimental con el dirigente indígena y que en esa oportunidad estaban cumpliendo una «penitencia» del juego conocido como «La botella».
“Veo las fotos y me causa risa. Ese día estábamos jugando con ocho personas a la penitencia, a la botella, y una de las penitencias que teníamos es que se lo agarra, se lo chapa y se le da un besito en la boca. Eso no quiere decir que esté en una relación sentimental con él. Y si así fuera, mi vida privada a nadie le importa”, dijo Góngora a Radio Fides.
Góngora cree que la circulación de las fotografías es una represalia del gobernador de La Paz, Santos Quispe, quien la anterior semana recibió la orden judicial de detención domiciliaria con derecho al trabajo, precisamente porque dos asambleístas de Somos Pueblo lo denunciaron ante la Fiscalía por consumir bebidas alcohólicas en su despacho.
“El Gobernador no tiene argumento. En su oficina se han encontrado tres bolsas de cerveza y vino. Sabemos que hay más evidencias y no hay más argumentos de que Santos es inocente. Esta es una venganza del Gobernador, que quiere que deje el caso, presionándome psicológicamente”, dijo Góngora.
La asambleísta insistió en que este es un asunto personal, que el beso con Quispe es resultado de un juego popular y lamentó que sus opositores políticos busquen provocar una pelea con la esposa del Tata Quispe, y que ella es su «comadre».
“Es mi vida personal. Yo soy una mujer soltera, esa foto es de hace años, pero eso era una penitencia. Su esposa del Tata Quispe es mi comadre, yo no he cometido un delito”, dijo.
La anterior semana, cuando fue detenido en la Gobernación, Quispe dijo que le ‘implantaron las cervezas’ para acusarle:
«Ellos me han implantado. Yo he venido de un lugar a descansar aquí porque mañana tengo actividades. Ellos me han implantado (…), mi conciencia está tranquila, ¡que implanten! Toda la vida me van a querer sacar, que me saquen, no tengo miedo porque al fin y al cabo esas personas me han implantado, mil cosas van a implantar aquí, me van a querer sacar de la gobernación», declaró poco antes de ser llevado a la Gobernación.