Militares de las tres Fuerzas procedieron a cavar zanjas y a acopiar piedras en una ruta que conecta a un sector denominado La Carroñera.
Militares cavan zanjas en una vía que conecta con Perú./ MIN DEFENSA
Efectivos de la Fuerzas Armadas procedieron a la remoción de materiales, acopio de piedras y cavado de zanjas en los caminos de acceso al sector denominado La Carroñera, puerto clandestino en Desaguadero que se convirtió en punto de contrabando de productos hacia Perú.
En coordinación con la Aduana Nacional y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada Boliviana se hicieron presentes en el lugar, desde la madrugada de este lunes para realizar las acciones de destrucción de los accesos o caminos improvisados, señala una nota de prensa.
La plataforma tenía un largo aproximado de 140 metros y 5 metros de ancho de inicio que se abre en abanico hacia 12 metros de ancho. Mediante ese acceso se realizaba la actividad ilícita del contrabando de combustible con destino a Perú.
La ejecución de estas acciones de interdicción y lucha contra el contrabando está enmarcada en el artículo 244 de la Constitución Política del Estado, así como del artículo 2 de la Ley 100 Ley de Desarrollo y Seguridad Fronteriza.
PERJUICIOS
Según una estimación de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), presentada la semana pasada, el valor del contrabando que se movió por Bolivia en 2022 alcanzó los 3.331 millones de dólares, y advirtió que el ritmo de crecimiento de ese delito duplicó al de la economía del país en los últimos años.
«Para el año 2022, el valor del contrabando estimado y referencial en Bolivia alcanza 3.331 millones de dólares. En 1999, se estimaba un valor del contrabando de 2.000 millones de dólares», precisó el asesor de la presidencia de la CNI, Hugo Siles.
Esto supone que en 22 años el contrabando en Bolivia «se ha triplicado», indicó Siles.
Según Siles, la cifra de contrabando calculada para 2022 representa el 7.96% del PIB de Bolivia, equivalente a «un mes de la producción total» del país.
También alertó de que el ritmo de crecimiento de ese delito fue el doble del de la tasa de desarrollo del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia.