Terranova o Newfoundland en inglés es una gran isla canadiense ubicada en la zona norte del océano Atlántico, a unos 450 kilómetros mar adentro de la costa de Canadá. De aquí partió el submarino con turistas que iba a explorar los restos del Titanic antes de desaparecer. La zona aledaña cuenta con una compleja geografía y condiciones meteorológicas complicadas: con 40.000 icebergs y aguas gélidas.
Terranova ha sido testigo de múltiples naufragios, por lo que algunos llegan a hablar de la «maldición de Terranova». El más famoso es sin duda el hundimiento del Titanic en 1912, en el que murieron más de 1.500 personas. Pero las turbulentas aguas de la zona han visto desaparecer a cientos de personas más en los últimos siglos, pues la mayoría de los naufragados nunca fueron encontrados.
Tan solo en febrero del año pasado desapareció el buque ‘Villa de Pitanxo’, solo tres miembros de la tripulación de 24 sobrevivieron.
La tragedia del Titanic
La historia del Titanic es, sin duda, la más conocida, pero nunca viene mal recordar que pasó. En su primer y único viaje el Titanic llevaba a más de 2.500 personas, entre tripulantes y pasajeros, cuando chocó con un iceberg rasgando el casco por debajo de la línea de flotación. La inundación del barco provocó su hundimiento y con ello la muerte de más de 1.500 pasajeros.
Este accidente, que tuvo lugar el 14 de abril de 1912, ahora hace más de 100 años, sigue siendo una atracción turística a pesar que ya haya muchos detalles que no se puedan apreciar.
Una tragedia tras otra
El historial de naufragios de Terranova, sin embargo, es mucho más largo y su comienzo se remonta a mediados del siglo XVI. En 1565 se registró el primer accidente. El ballenero español San Juan, que cargaba con mil barriles de aceite de ballena, estaba partiendo de la bahía de Terranova cuando fue sorprendido por una fuerte tormenta, que acabó hundiendo la enorme embarcación. La tripulación pudo salvarse, pero el barco desapareció y no fue hallado hasta más de 400 años más tarde, en 1978, cuando un equipo de arqueólogos canadienses descubrió los restos a tan solo diez metros de profundidad y no lejos de la costa.
En 1985, las aguas de Terranova se tragaron una plataforma petrolera entera, matando a las 84 personas que iban a bordo para explorar un pozo de exploración. La historia del Ocean Ranger ha sido narrada en diferentes libros y películas. Una de las autoras perdió a su hermano mayor Jim en el hundimiento y fue testigo de cómo sus padres se enfrentaban a las compañías petroleras. En 1988 el cantautor folk canadiense Ron Hynes dedicó la canción «Atlantic Blue» a la tripulación del Ocean Ranger.
Curiosas casualidades
Tan solo unos días después y a poca distancia del último siniestro, el carguero soviético Mejanik Tarasof naufragó, costándole la vida a 33 personas, otras cuatro pudieron ser rescatados. El mal tiempo, como los fuertes vientos de más de 130 kilómetros por hora y olas de 15 metros, terminó hundiendo este portacontenedores de 4.262 toneladas.
Dos historias entrelazadas son las del Izarra I y el Arcay. El Izarra I naufragó en aguas de Terranova en 1992, a unas 400 millas de la costa. Toda la tripulación pudo ser rescatada por el pesquero Arcay. Este mismo naufragó más de diez años después, en 2003, a causa de una avería en la máquina. También fueron afortunados: los 20 tripulantes pudieron ser salvados por la Marina canadiense.
El último naufragio antes de la desaparición del Titan, tambien fue de un pesquero español, el Villa de Pitanxo. La embarcación se hundió el 15 de febrero de 2022, ahora hace más de un año, en este caso los tripulantes no tuvieron tanta suerte como el del Monte Galiñeiro o el del Ballenero San Juan.
En el Villa de Pitanxo faenaban 24 personas en el momento de la tragedia, de los cuales solo 3 sobrevivieron, 9 fallecieron y 12 siguen desaparecidos. Las causas del accidente se siguen estudiando sobre el terreno, aunque todo apunta que la parada del motor momentanea y un golpe en la embarcación provocó el fatídico final del Villa de Pitanxo.