La cifra anunciada por el gobierno de Estados Unidos este jueves es la más alta jamás registrada en un mes y supone un test para la nueva presidencia de Joe Biden.
Una mezcla de factores en Centroamérica y en Estados Unidos están detrás de este incremento.
El gobierno de Biden decidió dejar de expulsar a los niños que llegan solos, algo que la presidencia de Donald Trump hacía, y entregarlos a familiares que ya viven en el país mientras los tribunales estudian sus casos.